Primer día en Dublín superado! Después de un vuelo bastante corto y que llegó a su destino a la hora, tuvimos que esperar bastante rato para conseguir las maletas, pero finalmente llegaron todas sanas y salvas a cada uno de sus dueños y nos pudimos ir hacia la residencia, que quedaba a pocos minutos del aeropuerto. Llegamos muy tarde y después de ser recibidos y asignados a las habitaciones correspondientes, nos fuimos directos a la cama porque sabíamos que al día siguiente nos esperaban un montón de lugares nuevos y teníamos que cargar las pilas a tope (lo que fuera posible, ya que nos quedaban pocas horas de sueño).

Cuando nos despertamos, desayunamos fuerte para conseguir las energías que necesitábamos, aunque estábamos muy contentos y con ganas de ver qué nos deparaba el día.

Lo primero fue Malahide Castle: un castillo de más de 800 años de antiguedad (oooooh!). Una guía nos explicó un montón de datos muy interesantes sobre cómo había vivido la gente en ese castillo a lo largo de las diferentes épocas (medieval times, Victorian times…) y nos contó historias de fantasmas que se decía que vivían en el castillo.

Pudimos ver las diferentes estancias tal y como habían sido cuando la familia Talbot vivía allí y después disfrutamos de tiempo libre para visitar los jardines y comer, con un tiempo súper bueno; al menos teniendo en cuenta el verano irlandés… nuestro guía del día, Craig, un original irish iba en manga corta!

Después del time to relax and explore, subimos al autocar de nuevo en dirección a Howth, un fishing village con mucho encanto. Allí nos dieron más free time to wander around, y pudimos visitar el mercado del pueblo, comprar comida, souvenirs, helados, caminar por el muelle, que tenía vistas muy bonitas a un faro, ver focas, etc.

A continuación volvimos a subirnos al bus y este nos llevó a lo alto de una montaña, donde tuvimos la oportunidad de disfrutar de unas vistas espectaculares. Desde esas alturas se veía como el cielo y el mar se juntaban en el horizonte, y bajo nuestros pies el típico irish green de la vegetación, que llegaba hasta el mar creando una pequeña península con un faro muy bonito en la punta de la misma. Nos tomamos un rato para hacer fotografías de grupo, individuales, etc. y disfrutar de las vistas. Ya muy cansados y con un poco de frío, ya que el viento era un poco más fuerte, pero muy satisfechos de como había ido el día y todo lo que habíamos descubierto, nos volvimos a la residencia, donde los chicos se fueron a cenar en la canteen o con sus host families.

Después de cenar, a pesar de estar cansados, a algunos todavía les quedaban fuerzas para jugar a deportes variados con grupos de otras nacionalidades. Jugaron, hablaron y conocieron a los que van a ser sus compañeros de clase, actividades y excursiones durante las próximas semanas, un poco para break the ice. Por otro lado, los que ya estaban con las pilas casi agotadas pudieron sentarse y jugar a board games.

Fue un día muy intenso y después de la actividad nocturna todos nos fuimos directos a la cama para prepararnos para el lunes, que nos esperaba con los tests de nivel y nuevas actividades de las que disfrutar. ¡A tope!

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