Si en la última publicación os hablábamos de lo bien que nos había sentado el calorcillo veraniego, en esta os daréis cuenta de lo cambiante que puede llegar a ser el clima irlandés. Con el optimismo subido gracias al sol de los dos días anteriores, el jueves fuimos en pantalón corto a la escuela. Lo que muchos no se imaginaban era ¡el aguacero que nos caería encima a lo largo de la tarde!
Fuimos a Saint Patrick’s Cathedral (la catedral catòlica de Dublín) y eso nos llevó unos buenos 20 minutos a pie sorteando peatones y arrimándonos a los compañeros previsores que sí habían cogido paraguas de casa. Aún así, el paseo mereció la pena pues vimos una parte de la cuidad que hasta entonces era desconocida para nosotros. Pudimos recorrer los rincones de la catedral y de vuelta en el centro tuvimos 15 minutos para que los chic@s que se marchan el domingo pudieran hacer las últimas compras.
Por la noche tuvimos la tan esperada DISCO y, aunque al principio algunos tuvieron un poco de vergüenza, ¡terminamos dándolo todo en la pista!
Hoy por la mañana nos hemos despedido de nuestros profesores y compañeros. Por la tarde Alan, el director de la escuela, nos ha dado los certificados y luego hemos cantado canciones irlandesas, rusas, españolas…
Y pesar de que algunos de nosotros ya han hecho la última clase ¡ésto todavía no ha terminado!
¡Mañana nos vamos de excursión a Trim Castle y Hill of Tara!
¡Hasta pronto!
Anna y Mariona